Presenta los riesgos inherentes a todos los procedimientos quirúrgicos que son sangrado excesivo, infección posterior al procedimiento y eventos adversos relacionados con la anestesia.
Adicionalmente -dependiendo del tipo de abordaje (abierto, endoscópico o por termoablación)- existe el riesgo de que no pueda completarse el procedimiento debido a las características de los miomas, necesidad de histerectomía, lesión de estructuras vasculares o nerviosas vecinas.