El uso de corticoides potentes inyectables debe limitarse por el alto riesgo de desarrollar efectos adversos con su crónico uso como insuficiencia suprarenal relativa, Síndrome Cushing, osteoporosis, entre otros.
Es necesario reforzar los medicamentos analgésicos para control del dolor (Aines) así como los controladores de la enfermedad (Metotrexate, corticoides orales, biológicos, etc.) para evitar las exacerbaciones frecuentes.
Está a potestad del reumatólogo decidir la dosis mensual máxima de este medicamento.