Los labios no tienen un sabor particular y tampoco poseen glándulas, por lo que no tienen la capacidad de secretar sustancias que se perciban por lo que generalmente el sabor de los mismos depende de los alimentos que ingerimos o sustancias que se aplican en ellos cuando se desean humectar o maquillar. En ocasiones las sustancias del ambiente pueden depositarse en los labios y usted percibir ese sabor.