No es malo que el corazón se acelere en el ejercicio, ya que es la respuesta normal para bombear la sangre a todos los órganos del cuerpo. La frecuencia cardíaca máxima que puede alcanzar una persona normal se obtiene restando de 220 la edad de la persona. Eso se puede calcular mediante algunos relojes que calculan la frecuencia cardíaca según el pulso de la persona.