La terapia oral es más efectiva que la tópica para su erradicación. La duración de los síntomas y la posología suele ser igual que en la primera ocasión. El virus que produce esta enfermedad permanece latente en los nervios del cuerpo y su erradicación no se garantiza con terapia alopática u homeopática. La terapia tópica no debe aumentar las lesiones.