La terapia farmacológica de la rinitis alérgica va encaminada al control de los síntomas y el alivio de la respuesta inflamatoria, no a la desaparición de la reacción a factores alérgicos. Esto último es enfocado como la evasión de dichos desencadenantes. En algunas circunstancias es posible realizar terapias de exposición a alergenos para disminuir dicho componente.