Los sonidos binaurales han sido empleados para estudiar parámetros audiométricos y han sido planteados como estrategias de manejo en alteraciones anímicas y psiquiátricas. No hay estudios que analicen sus efectos con el crecimiento humano, sin embargo hay estudios en los que relacionan una disminución de ciertas sustancias asociadas al estrés y al crecimiento como el factor de crecimiento similar a la insulina tipo 1 (ILGF-1).
No existe evidencia que apoye un crecimiento acelerado del organismo de 6 o 7 cm al año mediante el uso de este tipo de sonidos, sin embargo su uso tampoco parece asociarse a efectos adversos y existe evidencia en disminución de la ansiedad y el estrés.