Por el antecedente traumático lo más probable es que se trate de una hemorragia subconjuntival, la cual el ojo se encarga de reabsorber solo (a veces en cuestión de días, otras veces incluso puede durar semanas).
Si efectivamente es este tipo de hemorragia, usted se da cuenta porque no compromete la parte central del ojo sino que se queda en la esclerótica. Puede tratarlo con gotas hidratantes, pero para establecer de forma precisa este diagnóstico debe ser valorado primero.
Signos de alarma: pérdida de visión, aumento de sangrado, dolor intenso, fiebre, secreción conjuntival.