Es claro que al dejar un tratamiento que mantiene controlada una patología, los síntomas de la patología se exacerben. En su caso es completamente esperable tener irritabilidad, desequilibrios emocionales, alteraciones del ánimo, del sueño, de la energía, etc. una vez suspendido el medicamento.
Le recomendaría consultar a su médico tratante para que con él evalúen las razones por la que los suspendió, posibles alternativas o formas de volver a controlar su depresión.