Cada persona tiene un patrón y horas de sueño determinados para descansar. Para algunas son suficientes 6 horas, para otras 8 horas, para otras 10 horas, etc. Quizás en su caso las horas que necesita son más. Ahora bien, que por cuestiones de estudio o trabajo deba adaptarse a un horario para despertar ya le obliga a dormir mínimo 8 horas (obligatoriamente) y eso está haciendo. Hasta ahí todo bien. Lo siguiente que debe hacer es no apagar el despertador hasta no ponerse de pie, es decir no es que lo apaga y sigue durmiendo. Deje que suene y hasta que no esté de pie no lo apague. Las personas tienen ese mal hábito y por eso siguen durmiendo. La idea del despertador es hacer que se levante de la cama, no que siga durmiendo y eso debe hacer apenas escuche el despertador. Si está oscuro prenda las luces, que el estímulo de luz no le deje dormir de nuevo. Con el tiempo su cuerpo se debe habituar a esta rutina y no será necesario ni siquiera el despertador.