En condiciones normales, el pH vaginal es ácido, entre 4.0 y 4.5; presenta algunas variaciones a lo largo de la vida de la mujer y con algunas actividades como las relaciones sexuales. Si aparecen algunos síntomas u otras alteraciones, un estudio del frontis vaginal, que incluye el pH, puede orientar a la causa. Recordar evitar la autoformulación.