La eyaculación precoz, en su gran mayoría, es provocada por factores psicológicos como ansiedad, estrés, experiencias previas desagradables, problemas de pareja, entre otros. Sin embargo, en algunos casos el exceso de masturbación puede empeorar los síntomas, ya que puede aumentar la ansiedad en el acto sexual real y así desencadenar la eyaculación precoz.
Realizar una introspección para determinar cuál de esos factores puede estar afectando su vida sexual es esencial para evitar la eyaculación precoz, al igual que tener una adecuada comunicación y contar con el apoyo de su pareja es fundamental para romper el circulo de ansiedad y culpa por terminar antes de tiempo. El uso de geles retardantes puede ayudar, algunos ejercicios de piso pélvico (ejercicios de kegel) pueden ayudar. Estos se realizan simulando la contracción muscular que se hace cuando se interrumpe la micción de forma voluntaria. Estos ejercicios se realizan en 3-5 series de 15 repeticiones, cada contracción entre 3 a 4 segundos.