El autismo es un trastorno del desarrollo del sistema nervioso y es congénito (es decir, está presente desde que el niño nace), pero es usual que sus síntomas solo son detectados con el paso del tiempo. Los estudios para autismo suelen empezar pasados los 18 meses de edad; sin embargo, entre los 12 y 18 meses algunas conductas pueden levantar la sospecha del trastorno, por ejemplo: el niño tiene juegos más limitados y repetitivos, responde menos o no responde al escuchar su nombre, No puede explicar lo que desea, No sigue las indicaciones, A veces parece oír pero a veces no, no señala o dice "adiós" con la mano, no sonríe cuando alguien le sonríe, hace poco contacto visual, parece preferir jugar solo, es muy independientes para su edad, parece estar en su "propio mundo", parece no prestarle atención a la gente, no trata de llamar la atención de sus padres, parece "quedarse estancado" haciendo lo mismo una y otra vez y no puede pasar a otra cosa, etc. Si observa que alguna de estas conductas está presente en el hijo, es recomendable que solicitar una valoración por Pediatría o Neuropediatría.