Debido a que se trata de un síntoma secundario a una patología tan delicada como una neoplasia del sistema nervioso, es ideal que este tipo de asesoría la reciba del especialista tratante. Medidas generales como la adecuada humectación de la piel, evitar el contacto con alergenos conocidos y el uso de ropa cómoda y ancha, pueden ser de ayuda. Se puede consultar con el especialista los medicamentos que se pueden o no administrarse para el manejo de este síntoma.