El consumo de lácteos se suele suspender luego de las cirugías, pero en ocasiones puede provocar distensión abdominal lo que puede generar dolor e inflamación intestinal. Si ya ha pasado un periodo superior a 1 semana y se ha tenido una buena evolución, la herida está sana y sin problemas, ya se podría empezar a consumir lácteos, idealmente en pequeñas porciones e irlas aumentando. Si se presenta calor, enrojecimientos, dolor intenso o inflamación de las heridas, lo recomendable es asistir al médico.