En general, un paciente puede experimentar dolor durante y después del procedimiento, enrojecimiento e hinchazón, en casos más graves formación de ampollas y cicatrices, úlceras abiertas después del tratamiento. Una persona también puede experimentar decoloración de la piel. Lo que se recomienda es esperar a que esté bien sano el tejido y realizar lavado con agua y jabón cada vez que se entre al baño para evitar las infecciones.