A esa edad, los niños pueden presentar diversas alteraciones del apetito y no necesariamente representan un problema, mas allá de que eventualmente no aumenten adecuadamente de peso, en cada caso de todas formas hay que revisar al menor y ver que sea solo algo transitorio y suplementar la alimentación para que reciba de forma completa las calorías y nutrientes necesarios. Llevarla a revisión general solo por seguridad.