La masturbación en la adolescencia hace parte del desarrollo sexual normal de un individuo, ya ya que se trata de una etapa de descubrimiento y no tiene ninguna repercusión adversa sobre la salud; mirar pornografía no se convierte en un comportamiento anormal, pero el uso excesivo puede llevar a alteraciones en el funcionamiento sexual, y en ocasiones crear una imagen errada sobre la sexualidad y modelos poco sanos que pueden generar inseguridades con respecto a la imagen o al acto sexual, si se cree que no se puede manejar la forma excesiva en la que se consume material pornográfico, sería conveniente buscar orientación por un profesional de la salud mental (psicología, sexólogo), que le oriente y le ayude.