El mejor momento es después del baño, ya que la humedad facilita el proceso. Se puede usar solución salina en una jeringa sin aguja y utilizar la presión para deshacer y arrastrar los mocos, o suero fisiológico en aerosol, ambos calentados a temperatura corporal, acercando cualquiera de los dos elementos al orificio nasal sin introducirlo. Inicialmente con el bebé boca arriba y luego de unos segundos, ubicarlo de medio lado.