La distribución de vellos, el grosor y el resto de características, como color, rizo o liso, están determinadas por el sexo y genéticamente, teniendo en cuenta las características familiares propias. El rasurar realmente no se considera que sea un factor que aumente o disminuya el grosor del cabello, por lo tanto, el hecho de que no se rasuren no significa que deberían ser más delgados.