Si se sospecha estar embarazada, es decir, si se tuvieron relaciones sexuales sin protección, se debería asistir por urgencia ante la sospecha de aborto. Si no se tiene ese factor de riesgo se trata de un desorden menstrual, lo cual en principio no constituye una urgencia; sin embargo, si el sangrado es abundante o continuo (no se detiene una vez empieza), lo recomendable es asistir por la urgencia o si el dolor que lo acompaña se vuelve muy marcado. Si consiste en un sangrado menstrual persistente pero sin signos de alarma, se debe solicitar una valoración por la consulta externa de ginecología para iniciar el estudio de posibles causas.