Los ojos llorosos (Epífora) y el flujo nasal (Rinorrea) pueden ser explicados por todo aquello que inflame o irrite la mucosa nasal (parte interna de la nariz) o la conjuntiva (membrana delgada que cubre parte de los ojos y el interior de los parpados), que usualmente se debe a infecciones, alergias, irritantes, entre otros. Teniendo en cuenta las enfermedades de base, sería ideal que se consultara al médico tratante para que se pueda identificar la razón de los síntomas y prescribir un manejo adecuado que no interfiera con la otra medicación. Hasta entonces se recomienda una adecuada higiene de ojos y nariz, lavado de manos, evitar tabaco o personas con resfriado, protegerse de cambios de temperatura, ambiente ventilado, etc.