La variedad en la realización de prácticas sexuales y obtención de placer sexual es dependiente de cada individuo, la realización de estas no implica una anormalidad que amerite tratamiento médico si no genera inconformidad en él. Las prácticas sexuales pueden continuar en tanto respeten la ley del lugar donde se encuentre y no perjudiquen a otros individuos. Si en algún momento se siente que la actividad altera la dinámica cotidiana o le genera malestar, se puede solicitar asesoría especializada con psicología y sexología.