La ingesta de ácido acetil salicílico (o Aspirineta) contribuye como estrategia de prevención de infartos al disminuir la agregación plaquetaria y reducir los riesgos de coágulos que bloqueen las arterias del corazón. Sin embargo, este beneficio se aplica a una población específica en un contexto específico, es decir, no todas las personas deben tomar Aspirineta, ya que más que disminuir riesgos podría aumentarlos innecesariamente. No es recomendable la automedicación, se debe consultar al médico para establecer la necesidad de emplear determinados medicamentos.