La anuria consiste en la ausencia total de orina o en cuantía inferior a 50 ml en 24 horas. La producción disminuida de orina medida en la vejiga es resultado de un decremento de la filtración glomerular debido a reducción del flujo sanguíneo renal, obstrucción intrarrenal, ureteral o ambas. El proceso debe afectar ambos riñones u obstruir ambos uréteres. También puede ser secundaria a: - Fibrosis retroperitoneal. - Infarto renal. - Necrosis cortical bilateral. Se describen varios tipos de anuria: - Anuria secretora: depende de una destrucción de los elementos secretantes del riñón o de lesiones del sistema nervioso incapaz de regular la secreción renal. La trombosis de la vena cava o de las venas renales puede igualmente provocar una anuria. - Anuria excretora: de origen mecánico por medio de un obstáculo en el tracto urinario, pero pronto se hace también secretora. La retención de orina en el riñón produce un aumento de la presión intracanicular que neutralizando la presión sanguínea, impide el paso de los elementos de la orina. - Anuria mixta: La destrucción del parénquima renal primero y después la obstrucción de los tubos urinarios por la descamación epitelial intensa que acompaña el proceso destructivo. Incluso en la deshidratación, los riñones normales continúan excretando más de 500 ml/día; por tanto, la anuria indica un grado avanzado de disfunción renal que requiere tratamiento inmediato.
Debe acudir a una valoración médica cuando: - Ausencia de orina por más de 1 día. - Deseos de orinar e imposibilidad de hacerlo. - Debilidad. - Dolor lumbar o abdominal.