El Trasplante de Córnea, es un procedimiento quirúrgico mediante el cual se reemplaza la córnea dañada, por un tejido sano.
La córnea, es una membrana transparente que se encuentra en la parte anterior del ojo, delante del iris y la pupila. Cumple la importante función de permitir el paso de los rayos de luz a la parte posterior del ojo, en un ángulo que puede ser captado por otras estructuras para así, ser posible formar una imagen visual.
Cuando la córnea es afectada por enfermedades o traumatismos, puede tornarse opaca, y por ende, los rayos de luz no pasan, y así se encuentren sanas el resto de las estructuras oculares, el paciente no podrá ver, para lo cual se realiza el trasplante córnea, colocando nuevamente un tejido traslúcido.
Existen dos tipos de procedimientos:
Este procedimiento se lleva a cabo en un quirófano, con todas las medidas de higiene necesarias para evitar la contaminación del área durante el procedimiento.
El médico utiliza un microscopio especial, que amplifica la imagen para poder llevar a cabo la cirugía, con diámetros tan pequeños.
Inicialmente, se retira la zona dañada de la córnea y luego, ya estudiado el fragmento a implantar, se adhiere en la zona correspondiente con unas suturas especiales, de calibre mínimo.
El ojo se debe encontrar en las mejores condiciones posibles para que el procedimiento sea exitoso, por lo cual se debe tratar de minimizar o erradicar:
Ahora bien, este tejido no tiene aporte de sangre, por lo que no son necesarias pruebas inmunológicas extensas, sin embargo, el médico si debe realizar estudios de compatibilidad con respecto a la forma y grosor de la córnea donante.
Es importante comentar al médico si se encuentra en algún tratamiento farmacológico específico para tener en cuenta previo a la cirugía.
La anestesia generalmente es local, pero en algunas ocasiones se decide hacer con anestesia general y pueden ser necesarias algunos exámenes de laboratorio preoperatorios y valoración por médico internista, cardiólogo o neumólogo, dependiendo de la condición y edad del paciente.
El paciente no sentirá dolor, puesto que se realiza el procedimiento con anestesia local o general; y además, se administran analgésicos.
Después del procedimiento, pueden pasar algunas semanas para que el paciente recupere la visión, sin embargo, el porcentaje de éxito es elevado.