Profilaxis Post-Exposición para VIH - PEP

Es la toma de medicamentos antirretrovirales después de una situación de alto riesgo para contagio de VIH, con el fin de prevenir la infección. Este procedimiento se debe realizar en las 72 horas posteriores al evento de alto riesgo e implica la toma de medicamentos durante 4 semanas. Las personas que pueden tener situaciones de alto riesgo son:

• Víctimas de agresiones sexuales.
• Exposición al VIH al tener sexo o compartir agujas con personas VIH positivas o que pudieran tener factores de riesgo para tener la infección.
• Trabajares de la salud que en razón de su ocupación han entrado en contacto con fluidos contaminados por VIH (sangre, semen, secreciones vaginales, líquido cefalorraquídeo).

Los medicamentos que se usan dependen de la edad y la función renal de la persona.

La PEP es eficaz, pero no evita el 100% de los casos: un aspecto clave para favorecer su efectividad es el inicio temprano y tomar los medicamentos de acuerdo a la indignación médica.

La profilaxis varía según la edad y las condiciones del paciente.

• Menores de 2 años: Lopinavir, Ritonavir, Lamivudina y Zidovudina.
• Entre 2 y 6 años: Raltegravir, Lamivudina y Zidovudina. Como alternativa se puede administrar Lopinavir, Ritonavir, Lamivudina y Zidovudina o Raltegravir o Lopinavir, Ritonavir acompañado de Tenofovir TDF y Lamivudina.
• 6 a 9 años: Raltegravir, Lamivudina y Zodovudina. Como alternativa se puede administrar Lopinavir, Ritonavir, Lamivudina y Zidovudina o Raltegravir o Lopinavir, Ritonavir acompañado de Tenofovir TDF y Lamivudina.
• Mayores de 10 años y adultos: Raltegravir, Emtricitabina, Tenofovir TDF. Como alternativa Ralegravir, Lamivudina y Zidovudina.

• No requiere de una preparación especifica.
• Antes de iniciar el tratamiento se verificarán los antecedentes médicos del paciente para prevenir posibles efectos adversos.
• Se realizará una prueba de VIH, dado que si la persona ya tuviera la infección no sería candidato a este procedimiento.

Los medicamentos antirretrovirales tienen diferentes efectos adversos, dentro de los más comunes se encuentran diarrea, dolor de cabeza, náusea, vómito y fatiga. Estos efectos suelen mejorar luego de algunos días, si persistieran o fueran demasiado intensos se debe dialogar con el médico tratante.

Deberá continuar los controles con su médico tratante para:

• Evaluar su adherencia al tratamiento.
• Prevenir posibles efectos secundarios.
• Discutir acerca de las conductas o comportamientos de riesgo para desarrollar la enfermedad.
• Verificar la efectividad de la terapia.