La ecografía hepática es un estudio radiológico no invasivo, por lo tanto significa que no produce dolor, es útil en el estudio de múltiples alteraciones hepáticas, biliares o vesiculares como tumores, masas, cálculos entre otras.
El paciente se acuesta boca arriba en la camilla para examen con el abdomen descubierto. Para realizar este procedimiento se utiliza un transductor y previamente se aplica gel conductor en la piel de la persona. El especialista realiza movimientos en el abdomen con el transductor para visualizar el hígado y sus áreas anexas en una pantalla de un equipo. En ocasiones se le pedirá que contenga la respiración.
Se recomienda que el paciente acuda con ayunos de aproximadamente 6 horas previo al estudio.
La ecografía de hígado es un procedimiento que no produce dolor.
Después de este procedimiento no se presenta ningún síntoma. El paciente debe acudir con su médico tratante para que los resultados sean interpretados.