La función ovárica hace referencia a la capacidad del ovario de ovular en un determinado tiempo.
En los últimos 20 años la función ovárica se analiza mediante la cuantificación de la hormona antimulleriana (HAM), debido a sus funciones como regulador del crecimiento folicular y por su relación con la selección de los folículos ovulados inhibiendo la hormona folículo estimulante (FSH). La hormona antimulleriana es una proteína secretada por los folículos ováricos y es aquí dónde se encuentra su relación directa con la funcionalidad del ovario.
En la actualidad la funcionalidad ovárica en estudios de fertilidad se hace mediante el análisis de esta hormona. Es una herramienta para procedimientos de fertilización asistida que permite determinar a las mujeres con posibles inconvenientes para quedar en embarazo o que tiene una respuesta disminuida a un tratamiento de fertilidad asistida. También puede determinar en las mujeres jóvenes si su función ovárica esta disminuida para su edad y en estudios del síndrome de ovario poliquístico.
Otros test que se pueden hacer pero con limitaciones son la medición de la FSH basal (hormona folículo estimulante), determinar el AFC (número de folículos antrales), cuantificar una proteína llamada inhibina B y test de clomífeno. La prueba de clomifeno estudia la intervención de hormonas como la FSH, estradiol y LH en la ovulación.