Radiografía especialmente diseñada para evaluar el tejido glandular mamario. Su realización está indicada dentro del estudio de cáncer de mama tanto en mujeres como hombres.
El examinado se coloca de pie frente a la máquina de rayos X y el encargado usando sus manos colocará el seno entre dos placas planas. Esto se hace debido a que la mamografía tiene una proyección doble (cráneocaudal y oblicua mediolateral). Posteriormente, ambas placas se van a ir juntando aplanando el seno, situación que puede ser incómoda pero necesaria para poder generar una imagen del tejido mamario. Una vez finalizado el estudio, se alejarán las placas, se libran los senos de la presión y puede retirarse del recinto.
No requiere de algún procedimiento previo en especial.
Se siente una presión sobre los senos que puede llegar a ser incómoda y generar dolor.
Se puede esperar dolor leve por un tiempo corto.