La psoriasis es una enfermedad inflamatoria, multifactorial y crónica que puede tener manifestaciones tanto en la piel como en las articulaciones y además del impacto físico, esta condición suele generar un impacto en la salud mental de quien la padece. No es una enfermedad contagiosa.
La enfermedad se caracteriza por la aparición de lesiones en la piel tipo costra o placa, que se producen por aceleración en el ciclo de las células de la piel provocando su acumulación, estas lesiones suelen localizarse en los codos, cuero cabelludo, región lumbar y sacra, glande del pene y hendidura interglútea.
Las personas que padecen de psoriasis tiene predisposición genética para desarrollar la enfermedad. Existen varias condiciones clínicas que no son la causa de la psoriasis pero actúan como gatillo o desencadenantes de la enfermedad como el estrés emocional o físico, clima frío, infecciones como el VIH o por bacterias y uso de medicamentos como la aspirina, el litio y los antimaláricos.
Actualmente no existe cura para la enfermedad, pero hay gran cantidad de opciones para tratar los síntomas y evitar sus complicaciones.