La sed se define como el ansía por beber líquidos, debido a un mecanismo de regulación del contenido de agua en el cuerpo. Se puede producir bien sea por la falta de hidratación o por un aumento de la concentración de sales minerales, siendo más precisos, la sed es causada por la disminución del agua o depleción del volumen extracelular; de manera normal, ambos producen un aumento de la liberación de hormona antidiurética (ADH), que conlleva a un incremento en la ingesta de agua y aumento en la absorción de agua en los túbulos colectores. Un defecto en la producción de la hormona antidiurética o en la respuesta de los túbulos colectores renales, llevan a la pérdida de agua y sed persistente. El súbito desarrollo de la sed es una indicación confiable de la deshidratación cuando aparece con hemorragia, choque traumático, poliuria en la diabetes insípida y en algunos casos graves de desequilibrio electrolítico o de fluidos.
Debe acudir cuando: - Presente sed excesiva. - Tenga aliento a manzanas. - Dificultad respiratoria.