La muerte súbita es aquella que ocurre de manera inesperada dentro de la primera hora desde el inicio de los síntomas o si se produce en ausencia de testigos, cuando el fallecido ha sido visto en buenas condiciones menos de 24 horas antes de hallarlo muerto. Es una forma de muerte natural debida a causas cardíacas, muchas veces a una enfermedad de las arterias coronarias inesperada en el tiempo y en su forma de presentación. Se desencadena una arritmia cardíaca, como bradicardia, taquicardia ventricular y con más frecuencia, por fibrilación ventricular. Las personas que han tenido una muerte súbita pierden en primer lugar el pulso, a continuación la consciencia y la capacidad de respirar. La reanimación cardiopulmonar puede provocar que la arritmia desaparezca y el paciente se recupere.