La mononucleosis es una enfermedad infecciosa, aguda y contagiosa ocasionada el 90% de los casos por el virus de Epstein-Barr. Otros virus también pueden causar esta enfermedad pero en menor frecuencia como el citomegalovirus, herpes virus humano 6, toxoplasma, VIH y adenovirus. Esta infección se adquiere a través de la saliva de una persona infectada. La primoinfección por el virus de Epstein-Barr se produce tras la exposición a las secreciones orales de personas infectadas a través de un beso, cuando se comparten alimentos, utensilios de cocina o mediante otro contacto íntimo. Los adultos jóvenes y adolescentes son los más propensos a infectarse, la infección tiene lugar a través de la saliva, al besarse con alguien infectado; por el contrario, en los niños, especialmente en aquellos que acuden a guarderías, el contagio se produce debido al estrecho contacto que hay entre ellos en sus actividades rutinarias, en ellos la infección suele pasa desapercibida ya que cursa en la mayoría de los casos sin síntomas. Los síntomas típicos son fiebre, dolor de garganta, y adenopatias. La mayoría de los síntomas tiende a resolverse espontáneamente en 2-4 semanas, aunque aproximadamente el 20% de los pacientes continúa con dolor de garganta durante 1 mes. Actualmente no se dispone de un tratamiento farmacológico específico y eficaz frente a la enfermedad viral, por lo que el tratamiento de la mononucleosis infecciosa tiene un carácter sintomático, basándose en el empleo de fármacos que alivian las molestias propias de la enfermedad.