Pérdida de la continuidad normal de la piel que suele ocurrir como consecuencia de traumatismos locales sobre la piel (como por ejemplo, el rascado).
Su evolución varia dependiendo del tipo y gravedad del trauma sobre la piel, y puede curarse sin dejar cicatriz o presentar complicaciones locales como infecciones que impiden una cicatrización adecuada.
Si llegara a presentar: