La punción lumbar es un procedimiento por medio de cual, se introduce una aguja a nivel de los espacios intervertebrales de la columna, hasta el espacio subaracnoideo, donde circula líquido cefalorraquídeo para obtener una muestra del mismo y poder estudiar sus propiedades físicas (color, opacidad, sedimento, presencia de células) y químicas (pH, cantidad de cloro, glucosa), además de la presión con la que sale el mismo, que es un equivalente a la presión dentro del cráneo. Por medio de este se busca establecer diagnóstico de enfermedades que afectan este líquido.
La punción lumbar la debe realizar un médico con adecuado conocimiento del procedimiento, previamente se debe explicar con detalle la intervención a realizar al paciente o a sus padres, con consentimiento informado firmado. El médico se debe cerciorar que el paciente tenga una cantidad adecuada de plaquetas en sangre, no tenga signos de hipertensión endocraneana o lesiones en la zona de la columna que contraindiquen el procedimiento.
Una vez cumplidos todos los requisitos y con todos los materiales necesarios, se procede a:
- Se puede realizar el un consultorio, habitación del paciente o quirófano de cirugía menor.
- Colocar al paciente acostado del lado izquierdo, en posición fetal, o sentado con su cuerpo inclinado y apoyado en la parte delantera. Esta posición depende de la edad y posibilidad de colaboración por parte del paciente.
- Se hace una línea imaginaria entre ambas crestas ilíacas, que es la parte más prominente posterosuperior de la cadera. En el punto que se intersecta dicha línea imaginaria con la línea media de la columna, se debe palpar el espacio entre la cuarta y quinta vértebra lumbar. Esto puede variar si el paciente tiene alguna malformación de la columna (espina bífida), infección local o hematoma.
- Con las medidas de higiene adecuada, se procede a limpiar el área con antisépticos y aplicar un anestésico local en la zona de la punción.
- Se procede a introducir la aguja en el espacio intervertebral mencionado, de manera paralela al suelo, y un poco inclinada hacia la cabeza, hasta obtener líquido cefalorraquídeo.
- Se conecta la aguja al manómetro de presión.
- Se obtienen las muestras necesarias (generalmente 3 tubos de 1 centímetro cúbico o 20 gotas cada uno.
- Se retira la aguja y coloca un parche en la zona de punción.
Se requieren lo siguiente:
- Ambiente tranquilo.
- Explicación adecuada de la técnica, con sus posibles complicaciones.
- Firmar consentimiento informado.
- Administrar calmantes de ser necesario.
- Detener el consumo de antiagregantes plaquetarios (ácido acetilsalicílico) o anticoagulantes (warfarina), por 7 días antes.
- Hemograma completo para verificar cantidad de plaquetas en sangre.
- Realización de imagen cerebral en algunos casos para descartar posibles alteraciones que impidan la realización de la punción.
Durante el procedimiento la persona puede sentir leve dolor y presión nivel de la zona de punción.