Consiste en la exposición voluntaria o accidental y posterior envenenamiento por monóxido de carbono, el cual disminuye la capacidad de la sangre de llevar oxígeno a los tejidos (hipoxia celular) lo que finalmente puede llevar a la muerte del paciente. En el caso de las exposiciones crónicas, puede ocasionar cambios en el comportamiento, el estado de ánimo y la memoria.