Se trata de el dolor que proviene de uno o más huesos, el cual se diferencia del dolor muscular y articular porque se presenta tanto en el movimiento como en reposo. Habitualmente se asocia con enfermedades que afectan la estructura ósea. Este tipo de dolor afecta gravemente la calidad de vida de las personas. Dentro de las características del dolor es un dolor sordo, que no se puede localizar con precisión.
Si presenta dolor óseo intenso que no mejora con analgesicos, acompañado de: - Fiebre persistente superior a 38°C. - Dificultad para ponerse de pie. - Fístula en la piel con salida de pus del hueso que duele.