Corresponde a una alteración en la cual hay dificultad para articular las palabras debido a problemas con los músculos encargados del habla.
El deterioro de un sector del sistema nervioso responsable de la emisión del habla puede ocurrir en cualquier parte de los tractos que van desde el cerebro hasta el propio músculo. Los desajustes en la inervación de estos músculos (trastornos neurogénicos), en la función del músculo mismo (trastornos miopáticos) o de la coordinación motora (trastornos apráxicos), dan defectos del habla y de la voz por disminución de la fuerza muscular de los órganos fonoarticulatorios y respiratorios, por trastornos del tono muscular (flacidez, espasticidad, rigidez) o por movimientos involuntarios.
Estas personas comprenden el lenguaje a la perfección y pueden elaborar mensajes verbales, pero al momento de articularlos, surgen las dificultades. Es común que las disartrias se acompañen de trastornos de la deglución (disfagia), que deberán ser evaluados y rehabilitados lo antes posible a fin de evitar complicaciones en el estado clínico del paciente.
La disartria puede ser el resultado de un accidente cerebrovascular, un traumatismo de cráneo, un tumor, una infección, una enfermedad degenerativa o enfermedades metabólico-tóxicas o inflamatorias.
El objetivo del tratamiento de la disartria es tratar la causa oculta de la enfermedad cuando sea posible, lo que puede mejorar el habla.