Es el cáncer ginecológico más frecuente en países desarrollados, después del cáncer de mama. Generalmente suele ser un cáncer con pronóstico relativamente favorable, sin embargo, en casos de enfermedad de alto riesgo o si el diagnóstico es tardío, la tasa de supervivencia puede estar por debajo del 50%. El tipo histológico más frecuente es el adenocarcinoma bien diferenciado. La variante histológica de mejor pronóstico es el adenoacantoma, mientras que la variante de peor pronóstico es el carcinoma de células claras.