La intolerancia a la lactosa es un trastorno del tracto gastrointestinal debida a un déficit de lactasa, que es la enzima que degrada la lactosa (el azúcar que se encuentra en la leche de vaca), en el que la lactosa no se absorbe en el intestino delgado y llega intacta al colon, por lo que las bacterias del colon fermentan la lactosa no absorbida lo que produce una gran cantidad de agua a la luz intestinal, provocando una diarrea acuosa, gases y distensión abdominal después de comer o beber productos lácteos.
Tipos:
- Intolerancia a la lactosa primaria: la lactasa disminuye drásticamente, lo que hace que los productos lácteos resulten difíciles de digerir en la edad adulta.
- Intolerancia a la lactosa secundaria: Esta forma de intolerancia a la lactosa se produce cuando el intestino delgado disminuye la producción de lactasa después de una enfermedad, lesión o cirugía que afecte a dicho órgano.
- Intolerancia a la lactosa congénita o del desarrollo: Es poco frecuente, se debe a una ausencia total de actividad de la lactasa.