Un prolactinoma es un tumor en la hiposifisis (pituitaria), una glándula ubicada en la base del cráneo encargada de controlar la actividad de otras glándulas y de regular determinadas funciones del cuerpo, como el desarrollo o la actividad sexual. Esta glándula produce varias hormonas entre ellas la prolactina, la cual estimula la producción de leche materna durante el embarazo y la lactancia. Este tumor hace que la glándula hipófisis produzca prolactina en exceso (hiperprolactinemia). Los prolactinomas representan el 50% de los adenomas hiposifiarios (tumores benignos de hipófisis), estos se originan por una alteración celular que se vería favorecida por la acción hormonal del hipotalámo. Los prolactinomas se clasifican según su tamaño en: - Macroadenomas: 1 cm o más de diámetro. - Microadenomas: menos de 1 cm de diámetro. Y de acuerdo a su capacidad para perforar la pared ósea de la estructura cerebral que la contiene (silla turca) en: invasivos o no invasivos. Las manifestaciones clínicas son el resultado de la hiperprolactinemia o de la presión que ejerce el tumor sobre los los tejidos circundantes en el cerebro. La mayoría de los prolactinomas en la mujer son pequeños (microadenomas) y usualmente no aumentan de tamaño progresivamente. Por esto, en raras ocasiones se presentan dolores de cabeza, trastornos visuales o algún otro síntoma relacionado al tamaño del tumor, a diferencia de los hombres donde el tamaño del tumor es mayor. El tratamiento de los prolactinomas tiene como objetivo eliminar el efecto de masa local, reducir el tamaño del tumor, lograr niveles normales de prolactina y preservar o restaurar la función de la hipófisis. En su mayoría tienen un curso benigno y pueden ser tratados en forma efectiva con fármacos dopaminérgico, estos son efectivos para disminuir los valores de prolactina y reducir el tamaño tumoral en más del 90% de los pacientes.