Una fractura nasal es la pérdida de continuidad en el hueso o cartílago sobre el puente nasal, en la pared lateral o en el tabique de la nariz. Es la fractura más común de la cara y por lo general ocurre después de una lesión tipo traumática y con frecuencia se presenta junto con otras fracturas faciales.
Las fracturas nasales son una urgencia pues pueden causar problemas que requieren atención inmediata como la acumulación de sangre dentro de la nariz, que se llama hematoma. Si esta sangre no se drena rápidamente, puede ocasionar un proceso infeccioso como un absceso o una deformidad permanente que causa un bloqueo nasal, también puede provocar la muerte del tejido y el colapso de la nariz.
Los tipos de fracturas nasales son:
Tipo I (Simple recta): fractura unilateral o bilateral desplazada sin desviación de la línea media.
Tipo II (Simple desviada): fractura unilateral o bilateral desplazada con desviación de la línea media.
Tipo III (Conminuta): fractura conminuta de los huesos nasales más septum torcido, pero con preservación del soporte del septo/tabique en la línea media.
Tipo IV (Desviación severa nasal y septal): fractura unilateral o bilateral con severa desviación o disrupción de la línea media, ya sea a fractura septal severa o dislocación septal. Puede estar asociada con fractura conminuta nasal y septal, lo que va a interferir en la reducción ósea. (cirugía)
Tipo V (Complejas nasales y septales): lesiones severas que incluyen laceraciones y trauma de los tejidos blandos.