Es una conexión anormal entre el recto y la vagina, desencadenando que el desecho del intestino se filtre a través de la fístula permitiendo que los flatos y la materia fecal pasen a la vagina, provocando como consecuencia infecciones urinarias y/o vaginales. Se clasifican según su localización como bajas, medias y altas. Si están cerca de la parte posterior de la horquilla vaginal son las bajas; las fístulas altas se encuentran en la proximidad del cérvix, y aquellas que están entre las bajas y altas son denominadas fístulas intermedias. Puede ocasionarse como una lesión durante el parto (por episiotomías) o por la enfermedad de Crohn, como complicación de una cirugía o radiación por cáncer en la zona pélvica, o puede ser un defecto congénito.