Es una alteración crónica del sistema nervioso central, en el que la actividad cerebral se altera por la generación de impulsos nerviosos anormales, lo que provoca convulsiones, alteraciones del comportamiento, sensaciones inusuales, y algunas veces pérdida de la consciencia.
Para un diagnóstico de epilepsia se necesita al menos tener dos convulsiones no provocadas, o una convulsión con predisposición para presentar más a futuro (algunas causas: tumores, infartos o traumas cerebrales antiguos). Tener una única convulsión no significa que se padezca de epilepsia.
Existen muchos síntomas que se pueden presentar, entre ellos: