Las amígdalas son estructuras de tejido linfoide (hacen parte del sistema inmune) localizadas en el fondo de la cavidad oral también llamada faringe. Forman parte de una estructura llamada anillo de Waldeyer y se constituye por las amígdala palatina, faríngea y lingual. Su función es proteger la mucosa respiratoria y digestiva de agentes microbiológicos dañinos. Las amígdalas palatinas son las que comúnmente se observan en algunas personas cuando abren la boca y en las que se han reportado casos de alteración en su tejido generando cáncer que en algunos de los casos se denomina como del tipo de células escamosas (afecta el recubrimiento del tipo mucosa del tejido) o linfomas pues hay que recordar que es tejido del sistema inmunitario.
Los linfomas más conocidos son el no Hodgkin y el Hodgkin. Por lo general el linfoma no Hodgkin comienza afectando a los ganglios linfáticos u otro tejido linfático como las amígdalas y puede comprometer hasta la piel. Mientras que el Hodgkin puede iniciar desde cualquier lugar, su origen es más frecuente en los ganglios linfáticos del tórax, cuello y debajo de los brazos. El cuello incluye las amígdalas como estructuras linfoides. Sin embargo, lo más frecuente en ellas es su alteración localizada y que resuelve con su detección y extracción quirúrgica. En algunos casos cuando la extensión del cáncer es amplia se procede a realizar una cirugía mayor en boca y se puede optar por el apoyo con quimio o radioterapia.
Las recurrencias ocurren más frecuentemente durante los primeros 2 años siguientes al tratamiento, en el grupo de cánceres de la cavidad oral en dónde se incluye al cáncer de amígdalas, puede reaparecer por lo que se debe estar en seguimientos médicos. Además, si recibe radiación se debe hacer seguimiento por 6 meses de modo estricto para verificar la función de la glándula tiroides que se puede ver afectada tras el tratamiento.